viernes, 25 de octubre de 2013


EL CERRO, EL DIABLO Y NOSOTROS

Cali hace parte de un complejo mestizaje que encuentra su expresión no sólo en las tradiciones, artesanías, música y gastronomía, sino y también en sus mitos y leyendas  que se han ido quedando en el anaquel del olvido.
Montebello, el corregimiento más joven de Cali, el más densamente poblado, el mas cercano a la ciudad está asentado en la falda del Cerro de las Tres Cruces, y ha visto correr bajo el peso de los años la amalgama de etnias y culturas que han ido escondiendo el mito y la leyenda de la construcción del monumento.
El mito empezó por en el año de 1837, cuando Cali se vio inmersa en una ola de terror causada por múltiples muertes, la viruela, el dengue, la lepra, la prostitución, incendios, plagas y la falta de cosechas. El demonio se dejaba ver por los cielos como la figura de un murciélago gigantesco o como la sombra del diablo.
Se debía conjurar a ese demonio, fe así que, el 3 de mayo de 1837, los dos hermanos subieron en procesión llevando tres cruces de guadua adornadas con flores y ramas,3 con la idea de exorcizar al Buziraco por orden de la Arquidiócesis de Popayan. Cuando las tres cruces fueron implantadas, una voz profunda surgió del cerro maldiciendo la ciudad.
Maldición que aun retumba en los albores del siglo XXI cuando el DIABOLO (singo de división) se pasea por la ciudad, la plurietnica y multicultural ciudad de Santiago de Cali, para no dejar ver que en medio de la diversidad puede reinar la unidad.
Así este escrito EL CERRO, EL DIABLO Y NOSOTROS, cuenta esta historia que va amaginada por personajes de indígenas, negros, mestizos, que bailando en torno al mítico cerro se unen en una danza para de una vez por todas desterrar al DIABOLO, mandarlo a la parte de atrás de la comparsa de la vida para que sea la MULTIETNICA CALI, la PLURICUTLRUAL CIUDAD la que baile en el Desfile del Carnaval.